En un esfuerzo conjunto por abrir espacios de diálogo sobre el Derecho a la Educación, Fe y Alegría ZSC y La Voz de Guamote presentaron un nuevo segmento orientado a reflexionar sobre los retos y oportunidades de la educación en la actualidad. El invitado especial fue Mateo Borja, representante del área de Bienestar Educativo Integral de Fe y Alegría Zona Sierra Centro, quien compartió su experiencia y visión sobre la educación inclusiva en el siglo XXI.
Vocación y misión de vida
Borja recordó sus inicios en el ámbito educativo, motivado por su interés en trabajar con niños y niñas con necesidades especiales. Reconoció que la infancia es la etapa adecuada para prevenir futuros problemas psicológicos y sociales, lo que lo llevó a comprometerse con la misión de Fe y Alegría.
Aunque en algún momento se incorporó al sector público, finalmente decidió regresar a la institución porque encontró aquí un espacio en el que su vocación y misión de vida podían florecer. “Creo en lo que hace Fe y Alegría y en su misión de acompañar a los niños y jóvenes en su proceso de formación”, expresó.
La educación inclusiva: un camino en construcción
Durante la entrevista, Borja explicó que la educación inclusiva aún se encuentra en desarrollo, pero representa un avance fundamental en el ámbito educativo. Destacó la importancia de reducir barreras externas que impiden la participación plena de estudiantes con diferentes condiciones, recordando que la inclusión no debe limitarse a integrar a los niños en las aulas, sino garantizar que realmente aprendan y participen activamente.
“El reto es que la educación sea de calidad para todos, independientemente de su etnia, género o condición. La verdadera inclusión significa que cada estudiante pueda desarrollarse según sus potencialidades”, afirmó.
Docentes motivados, pilar fundamental
Uno de los puntos centrales abordados fue el papel de los docentes. Borja resaltó que Fe y Alegría impulsa un acompañamiento constante a los maestros, no solo en términos de formación, también en la motivación y compromiso con la educación inclusiva.
“Lo más importante es enamorar a los docentes de esta misión, porque ellos son el pilar principal en la construcción de una educación de calidad”, señaló.
Herramientas y creatividad para incluir a todos
El representante de Fe y Alegría también subrayó la importancia del Diseño Universal de Aprendizaje (DUA) como metodología que permite planificar actividades accesibles para todos los estudiantes, sin caer en la segregación. Reconoció que en contextos como Guamote, donde muchos niños carecen de acceso a tecnología, la creatividad del docente se convierte en la mejor herramienta.
“No siempre se necesita de proyectores o computadoras. La creatividad permite transmitir el conocimiento de distintas maneras: con juegos, role plays, maquetas o teatro. Eso es lo que realmente fomenta la inclusión”, explicó.
Una escuela soñada
Para Borja, la meta a futuro es lograr escuelas en las que los niños y niñas asistan por gusto y motivación, no por obligación. Comparó la infraestructura de muchas instituciones educativas con la de una cárcel, lo que evidencia la necesidad de transformar el sistema educativo hacia un modelo que inspire libertad, confianza y alegría de aprender.
“El sueño es una escuela donde no hagan falta muros ni rejas, porque los estudiantes quieran estar ahí, se sientan parte de una comunidad y encuentren apoyo para crecer incluso en sus errores”, reflexionó.
Mensaje final: transformación social
Al concluir, Mateo Borja dejó un mensaje de esperanza y compromiso para la comunidad:
“Vivimos en tiempos de grandes retos, pero también de oportunidades para crecer. La transformación social que necesita nuestro país solo será posible si todos nos unimos, dejamos de buscar culpables y comenzamos a actuar desde nuestras propias motivaciones y propósitos”.