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julio 24, 2025

Entre recuerdos de lucha, educación y servicio comunitario, vive el legado de Ángel Eliseo Guzñay Condo, conocido cariñosamente como “comandante” por quienes compartieron con él su historia de vida y de entrega. Su nombre no es solo recordado, sino profundamente sentido por su familia, compañeros y comunidad, que reconocen en él a un verdadero referente de liderazgo indígena.

Nacido el 5 de agosto de 1956 en Chanchán Tío Cajas, Eliseo forjó desde joven un camino al servicio de su pueblo. En 1978 contrajo matrimonio con Trinidad Apugllón, y durante 47 años construyeron una familia cimentada en valores, principios y lucha comunitaria. Para sus hijas, Eliseo fue más que un padre: fue maestro, consejero, guía y ejemplo. “Nos enseñó a no tener miedo ante nada ni ante nadie”, recuerda con emoción uno de sus hijas.

Desde los años 80, participó activamente en procesos de alfabetización popular. Fue el creador del programa radial Chimborazo Kaypimi, un espacio que permitió a mujeres y hombres campesinos acceder al derecho a la educación. “Mi padre enseñaba con amor. Cuando era niña, me emocionaba escucharlo en la radio y soñaba con ser como él”, comenta su hija Susana. Eliseo formó a decenas de jóvenes, promotores comunitarios en múltiples comunidades.

Pero su lucha no fue solo educativa. Eliseo Guzñay también fue dirigente político, concejal por el Movimiento Popular Democrático en la década de los 90, y protagonista de gestas históricas como la compra de terrenos comunales que hoy benefician a decenas de familias. “No buscaba el beneficio personal. Luchaba por todos, sin revanchismos ni egoísmos. Siempre con transparencia”, relata uno de sus hermanos.

Su voz se alzó en asambleas, capacitaciones y en los caminos de tierra que recorrió incansablemente para organizar a las comunidades. En los últimos años, continuó participando activamente en trabajos comunales y defendiendo los derechos de los más humildes, incluso cuando su salud ya estaba debilitada. “Eliseo se fue en su trinchera, como vivió: luchando”, dijo uno de sus amigos, Miguel Condo.

Hoy, la comunidad, su familia y todos quienes lo conocieron, lo honran con gratitud y compromiso. Porque el legado de Eliseo Guzñay no ha muerto. Vive en cada joven que defiende su cultura, en cada madre que aprendió a leer gracias a su esfuerzo, en cada dirigente que se inspira en su ejemplo. Como dijeron sus seres queridos: “la semilla que dejó Eliseo está en nosotros, y seguiremos luchando por justicia, dignidad y comunidad”.

Autor/a

KARINA MARCATOMA

PERIODISTA
"Willanchikmi imashinatak ñukanchik runa kawsay kashka; imashinatak kawsakunchikpash"

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