Infancia y raíces
Oriundo de la comunidad Mercedes Cadena, en la parroquia Matriz de Guamote, la vida de Taita Juan Guamán está marcada por la enseñanza de sus padres, quienes le inculcaron valores como el respeto y la solidaridad. Aquellas lecciones de su niñez se convirtieron en la base de su compromiso actual con la comunidad.
Un camino de fe
Desde joven se vinculó a la pastoral indígena de Guamote, donde encontró un espacio para servir como catequista y animador de coros. Durante la pandemia, cuando las iglesias permanecían cerradas, Taita Juan y otros catequistas llevaron el mensaje de esperanza a parques y calles. “Nunca dejamos de evangelizar, salíamos a animar a la gente porque sabíamos que la esperanza era necesaria”, recuerda.
Pruebas de vida
Su trayectoria también está marcada por momentos de fortaleza. Enfrentó la enfermedad del COVID-19 y un grave accidente de tránsito junto a su esposa. En ambas circunstancias encontró en la fe el impulso para seguir adelante. “Dios me dio otra oportunidad de vida y tengo que aprovecharla sirviendo con amor”, afirma con convicción.
Un legado musical y comunitario
Más allá de la evangelización, Taita Juan ha impulsado la formación de coros comunitarios y proyectos musicales, animando a jóvenes y adultos a descubrir sus talentos. Para él, la fe se expresa también en la música y en el compartir. “El verdadero templo está en nuestros corazones, ahí quiere vivir Jesucristo”, sostiene.
Mensaje a las nuevas generaciones
Hoy continúa siendo una voz que inspira y guía a su pueblo. Su llamado a la juventud es claro: no dejarse vencer por las dificultades, alejarse de los vicios y mantener siempre viva la esperanza. Con su vida y servicio, Taita Juan Guamán demuestra que la fe, el amor y la unidad son el mejor legado para las familias y la comunidad de Guamote.